Desde el 2013 cada 8 de septiembre, se celebra el Día Mundial de la Fibrosis Quística (FQ) es una enfermedad genética donde el cuerpo produce un moco que es demasiado espeso y pegajoso causando daños graves en los pulmones, el sistema digestivo y otros órganos del cuerpo. El moco obstruye los conductos y otras vías de paso provocando problemas, generalmente al respirar y digerir los alimentos.
La Fibrosis Quística (FQ) es una enfermedad crónica, degenerativa y hereditaria. Afecta principalmente a los sistemas respiratorio y digestivo. La padece una de cada 5.000 personas y a día de hoy no existe ninguna cura. El diagnóstico precoz es fundamental, gracias a ello se está aumentado la esperanza y calidad de vida de los pacientes. Para su diagnóstico solo se necesita una sencilla prueba que se practica en los recién nacidos, conocida como la “prueba del talón”.
Aunque la fibrosis quística es progresiva y requiere cuidados médicos diarios, los pacientes son capaces de estudiar y trabajar. A menudo tienen una mejor calidad de vida que la que tenían las personas con fibrosis quística en décadas anteriores. Las mejoras en los exámenes de detección y los tratamientos ahora pueden vivir hasta los 30 o 40 años, y algunos viven hasta los 50 años.