Cada 25 de junio se conmemora el Día Mundial del Vitíligo con la finalidad de dar a conocer información sobre esta enfermedad y la manera en la que afecta a las personas que la padecen.
El vitíligo es una enfermedad degenerativa de la piel, es crónica, no contagiosa y su evolución no puede predecirse. Las personas que padecen de esta afección tienen alteraciones en la pigmentación de la piel, ocasionando que existan manchas blancas en distintas partes del cuerpo.
Esto se da porque existe destrucción de los melanocitos que son células responsables de la producción del pigmento de la piel.
La aparición de esta afección está vinculada a factores como la predisposición genética, el estrés o puede estar asociada a otras enfermedades.
Esta patología no pone en riesgo la salud del afectado, pero puede tener impacto psicológico por las alteraciones estéticas que puede ocasionar en el aspecto de la persona, generando baja autoestima, ideación suicida, estrés, aislamiento social, depresión y/o ansiedad.
Debido al impacto que puede tener emocionalmente, aparte del tratamiento médico para la despigmentación de la piel, se debe acompañar de un apoyo psicológico a los pacientes que padecen de vitíligo.